De forma general, los anuncios sexistas son aquellos que:
- Utilizan un lenguaje en el que las mujeres no aparecen explicitadas y quedan invisibilizadas bajo el falso genérico masculino, como hombre, hijo, los, chicos, niño, etc., o también los que se dirigen en femenino exclusivamente a las mujeres, aunque el producto o el mensaje puede ser tanto para hombres como para mujeres.
- Cuyos mensajes, no sólo excluyen sino que muchas veces agreden a las mujeres. En este sentido, son totalmente sexistas eslóganes como: “es cosa de hombres”, “con las endrinas bien puestas”.
- En los que las mujeres son tratadas como seres dependientes con respecto a los hombres: los hombres toman las decisiones.
- Transmiten la idea de que las mujeres no trabajan y son mantenidas por sus padres, novios o maridos.
- Identifican a las mujeres como madres o amas de casa solamente.
- Transmiten la idea de que las tareas domésticas (limpieza, cocina, cuidado de personas) son tareas casi exclusivas de las mujeres y que su realización satisfactoria es la que hace que sean valoradas socialmente.
- Que parodian y/o niegan el trabajo que las mujeres realizan en el hogar.
En los que las imágenes que se transmiten son solo las de las mujeres “femeninas”, “dulces” y “cariñosas” cuyo objetivo vital es crear un ambiente agradable en el hogar; al igual que los anuncios en los que las mujeres aparecen como pesadas, envidiosas, mandonas o cotillas (cualidades y defectos que aparecen como exclusivos de las mujeres). - En los que las mujeres y hombres aparecen como meros objetos eróticos y sexuales, en la medida en que dosifican a las personas.